• José Joaquín Tárraga

NAVIDAD 2006

Llegan los días de Navidad, felicidades.
Llegan estas fechas señaladas, celébralas.
Llegan momentos de recuerdo, ofrécelos.
Llegan encuentros con la familia, agradécela.

Como todos los años, la parroquia visita tu hogar familiar para desearte lo mejor para el nuevo año. Junto a nuestros mejores deseos llega la felicitación y el calendario parroquial. Un calendario que es instrumento del compartir con las necesidades de la parroquia. Es bueno recordar que la parroquia es de todos y todos la utilizamos tarde o temprano. Por ello, todos debemos colaborar en su sostenimiento y mejora.

Muchas veces sólo vemos lo negativo. ¿Os habéis fijado? Si falta gente a misa, si la gente es así o asá, si el cura esto o lo otro, si cada vez somos más individualistas, si colaboramos cada vez menos,... Pero la realidad es bien distinta.

Yo, estoy contento. Y soy optimista. Y doy gracias a Dios por este pueblo y sus gentes. Durante estos años hemos avanzado, hemos hecho grandes proyectos y hemos crecido en la fe. Son muchas las grandes celebraciones y acontecimientos que hemos vivido, todos ellos nos han llenado de alegría y entusiasmo. También se han publicado varios libros de nuestra historia y se han editado audiovisuales de todo tipo. La parroquia se ha mejorado mucho con la ayuda económica de los fieles, los bienhechores, las asociaciones y todo un pueblo representado por su Ayuntamiento. Y sobre todo, hemos compartido. La parroquia ha participado en todas las campañas misioneras, eclesiales, de cooperación y hemos financiado proyectos de desarrollo en países necesitados. La parroquia cada año manda más dinero fuera, pues todos sabemos que cuanto más damos más tenemos. Y esto nos llena de alegría.

El nuevo año nos trae gozos: tenemos un nuevo Obispo, D. Ciriaco; la casa parroquial está en funcionamiento; algunos seminaristas serán ordenados sacerdotes para nuestra Iglesia de Albacete. Y se abren nuevos proyectos para nuestro pueblo: el arreglo del cementerio viejo y del Santuario del Cristo del Sahuco. Planes de una clarísima necesidad de arreglo para los peñeros y que como los proyectos que ya hemos consiguiendo se podrán realizar con la ayuda de todos y de nuestras instituciones municipales. Confiamos en que así sea.

La parroquia también se está concienciando cada vez más que es una gran familia. Una familia en la que todos tenemos nuestro puesto y nuestro lugar. Donde los más necesitados se sientan acogidos. Donde todos puedan encontrar una mano amiga. Donde el cura y las hermanas no lo hagan todo. Donde cualquier fallo sea responsabilidad de todos y donde los aciertos sean repartidos para cada uno de sus miembros.

Se han puesto en marcha los grupos de la parroquia. Hay sitio para todos. Grupos que poco a poco van creciendo, tomando cuerpo y consolidándose. Grupos abiertos a nuevas incorporaciones y a nuevas ideas y formas de evangelizar.

Nos queremos seguir formando. Por eso son importante las charlas que nos ayudan a crecer y a conocer más nuestra fe. Reuniones donde podemos preguntar abiertamente y exponer nuestras dudas para ser iluminados por la luz de la Palabra de Dios. Acompañamiento personal a cualquier persona que necesite la presencia del sacerdote o de las hermanas para orientación, dificultades, problemas...

Unos cristianos que quieren vivir de la Eucaristía. Que saben que el domingo tenemos una cita pues es el día del Señor. Que lo primero es buscar tiempo para la misa y luego para lo demás. Que nos gusta celebrar la Eucaristía participando entre todos con alegría, cantos y entusiasmo. Que recibimos la fortaleza del sacramento de la comunión de Cristo con deseos de cambio y necesidad de su amor.

Ésta es nuestra parroquia. Una parroquia que quiere seguir creciendo de forma dinámica en la construcción del Reino de Dios. Unos creyentes que no olvidan a los más vulnerables de nuestra sociedad: niños, jóvenes, enfermos y mayores.

La parroquia tiene muchos fallos. Y somos los de dentro los primeros que lo sabemos. Los que estamos todos los días en la brecha. Los fallos son muchos; y luchamos por vencerlos y superarlos. Pero las cosas buenas son más. Y son más porque en la parroquia hay más de Dios que de nosotros. Las cosas positivas son muchas más porque llevamos en vasijas de barro un gran tesoro: a Dios.

Somos optimistas aunque echemos de menos en nuestra comunidad matrimonios jóvenes, hombres, novios, jóvenes comprometidos... Somos optimistas, lo repito.

Y somos optimistas porque tenemos la certeza de la salvación. Porque hemos conocido a Jesucristo que nos llena, nos fortalece y nos salva. Porque hemos vencido muchos miedos y temores. Porque nuestra vida está llena y no vacía. Porque hemos conocido la felicidad, hemos experimentado el amor de Dios. Hemos sentido que Dios nos quiere tal y como somos, nos perdona y cuenta con nosotros. Somos optimistas porque sabemos que este tesoro que es Dios y su Evangelio tarde o temprano brillará con más fuerza.

En nuestro mundo muchos andan vacíos, buscando con qué llenar su corazón y su vida. Nosotros podemos ofrecer lo más valioso que tenemos: nuestra fe, el Evangelio, la libertad cristiana.

Os anunciamos una gran noticia: Dios sigue naciendo en cada corazón que quiera acogerlo. Dios vuelve a contar contigo, ¡Alégrate, Felicidades!

Con mis mejores deseos para estos días y para el nuevo año, vuestro párroco.