• Juan Murcia

Los niños se ponen Manos a la Obra después de los Encuentros del MIM

Los niños se ponen Manos a la Obra después de los Encuentros del MIM

El pasado sábado, 5 de abril, se celebró en el Seminario de Albacete el encuentro de Infancia Misionera, M.I.M. 2008, para niños y niñas de 3º, 4º y 5º de Primaria. Y, de igual modo, el sábado 12 de abril, se celebraba el encuentro para niños y niñas de 6º de Primaria y 1º y 2º de la ESO pero, esta vez, fue en Peñas de San Pedro.

En el encuentro del Movimiento Infantil Misionero de los pequeños, en el Seminario, participaron más de quinientos cincuenta niños, y unos setenta catequista o animadores de las parroquias de Villarrobledo, Elche de la Sierra, La Gineta, La Roda, Valdeganga, Santa Ana, Alcadozo, Peñas de San Pedro, Bogarra y de la ciudad las parroquias de San Pedro y Franciscanos y los colegios de María Inmaculada, Dominicas y Severo Ochoa. Mientras que al encuentro de ayer asistieron trescientos chavales de las parroquias de Pétrola, La Recueja, Hellín, Villarrobledo, Peñas, Valdeganga y La Roda y de la ciudad San José, Franciscanos, El Pilar y el Colegio María Inmaculada.

Lo primero que se hizo al llegar, fue dar a cada niño una gorra y un pañuelo. Había 5 colores y cada color representaba un continente. Después comenzaba el encuentro con la acogida, los juegos y dinámicas de presentación. Seguimos con una divertida catequesis, mezclando todos los grupos, sobre el lema de este año “Manos a la obra”. En el encuentro de los mayores, hicimos dos grandes grupos para tener un taller con la presencia de misioneros. En la capilla, todos rezamos por los misioneros y los niños de todos los continentes. Tuvimos la comida y el tiempo libre lleno de juegos. Y las actuaciones que cada grupo había preparado con el lema del encuentro.

El Obispo de Albacete, Ciriaco Benavente, nos acompañó y participó en varios momentos del encuentro.

Los niños y niñas se lo pasaron muy bien, un encuentro lleno de alegría y color, no sólo por las actividades que se realizaron sino también porque los niños se sentían felices de asistir a un encuentro en el que todos querían ser amigos de Jesús y porque podían ayudar rezando a esos grandes amigos de Jesús que son los misioneros y misioneras de todo el mundo.

Lo mejor del encuentro fue el momento en la capilla, la oración, todos los niños y niñas en silencio, atentos a las lecturas, cantando llenos de alegría, moviendo los pañuelos de un lado a otro. También gustaron las actuaciones que transmitieron de fondo un compromiso claro de seguir a Jesús ayudando a los más necesitados.

Para que nos podamos hacer una idea, nos relatamos unas palabras de la oración que hicimos en la capilla que representan muy bien el espíritu y el por qué merece la pena asistir al encuentro: “Sí, queremos a Jesús, queremos orar, queremos hablar con Él. Los amigos siempre se hablan. Nosotros somos los amigos de Jesús por eso nos gusta rezar y hablar con Él, siempre. El misionero es el gran amigo de Jesús, el que le llama y el responde: “Sí”, Padre, queremos escucharte, queremos hablar contigo. Llámanos que nosotros te seguimos”.

Agradecer a todos los organizadores, catequistas y animadores que asistieron a los encuentros y que con un sentido cristiano de la vida sembraron el Evangelio en los cientos de niños que asistieron y que seguro que, dentro de unos años, dará cientos de frutos.