Lo hemos visto en la tele...

Lo hemos visto en la tele...

Esto de la tele es vergonzoso. Millones de personas sentadas delante del televisor muchas veces tragando toda la basura que nos ponen delante de nuestros ojos. Vergonzoso porque nos sentimos indefensos.

La semana pasada en uno de esos momentos de zapping me quedé con uno de los programas aparentemente infantiles e inocentes, para toda la familia en la noche de los viernes donde a los más pequeños se les pide que hablen sobre temas que muchas veces a ellos ni les interesan...

Allí estaba como invitada Rosa María Sardá, y salió el tema de los colegios mixtos y colegios donde están separados chicos y chicas. La presentadora, que como tenga algo que ver en el guión del programa doy gracias a Dios por no acordarme ni de su nombre, le pregunta a la susodicha invitada que si ella iba a colegio separado cuando era niña.

Con voz muy clara viene a responderle algo así como... que ella no; no fue a un colegio donde estaban separados chicos y chicas sino que fue a un colegio normal. Lo primero por el disfraz de las mujeres de ese colegio y lo segundo porque vomitaba cada vez que veía a esas mujeres del disfraz. Vomitaba cada vez que iba al colegio y cuando la cambiaron de colegio a uno "normal" dejó de vomitar. (Creo haber suavizado la respuesta)

Quedé perplejo, con los ojos abiertos y sin ver ninguna reacción en la presentadora; como si la respuesta hubiera sido tan correcta como inocente para un auditorio lleno de niños, la mayoría venidos de colegios religiosos. Respuesta inmediata, cambio de canal y no la puse más.

Claro que luego seguro que hablamos de los derechos de las mujeres, del feminismo, de la igualdad de género y de muchos otros temas... Y, por otro lado, vomitando por ver a unas mujeres consagradas al servicio de los más débiles, de los más pobres, gastando su vida por la construcción de un mundo mejor. Mujeres, tantas de ellas disfrazadas en el Tercer Mundo al lado de moribundos que nadie quiere, mujeres que llevan educación y formación humana a niños y jóvenes que no vomitan porque solo comen una vez al día.

Desde el momento en que comenzaron este programa tuve mis dudas sobre como se iba a desarrollar este programa. Que los niños hablen de temas de mayores... La presentadora venga "guiscar" y luego cuando ve que la cosa se pone un poco fea dice "bueno, bueno, vamos a dejarlo aqui que la cosa se pone..."

Pero lo peor de todo no es el programa, ni el formato, ni el guión, sino una televisión en donde se ridiculiza, se sacan todos los defectos y miserias de las personas con una impunidad escandalosa. Y cuando se exponen las debilidades de la Iglesia... sin piedad, con risas y aplausos... Aunque sea en la pública y delante de niños. Ya te vale... ¿no?