¡Qué bien, qué bien!

¡Qué bien, qué bien!

¡Fenomenal! Estupendo. ha sido un viaje muy bueno. Nuestra meta estaba en la capilla de las Apariciones de la Milagrosa de París, y allí llegamos. Antes habíamos preparado el corazón y el encuentro en Lourdes.

La Madre nos ha tocado el corazón.

41 peregrinos junto con el chófer, 42. Todos unidos en una misma fe y en un mismo peregrinar. Cada uno en su edad, en su recorrido de fe, pero todos unidos en la oración.

De vuelta pasamos por la cuna de San Vicente, Berceau de San Vicente de Paul, pusimos el broche a una peregrinación donde vimos mucho, y nos reimos bastante.

Gracias a las Hermanas Hijas de la Caridad. ¡Gracias por esta peregrinación!