Triduo a la Milagrosa

Triduo a la Milagrosa

La Parroquia celebra con gran alegría el Triduo en honor de la Virgen de la Medalla Milagrosa. Una celebración muy querida en nuestro pueblo. No faltes. Será el jueves, viernes y sábado a las 7 de la tarde en la Parroquia. Antes de las siete rezamos el rosario. El sábado impodremos la medalla a los niños que este año reciben su primera comunión. 

¿Por qué un triduo?
       Cada uno de los días se profundizará en un aspecto de la aparición y mensaje de la Virgen a Catalina Labouré.

En síntesis, ¿cuál fue el mensaje de la Virgen?
       La Virgen se apareció a Santa Catalina Labouré y le mando acuñar una medalla que ella misma diseñó: debería llevar por un lado a la Virgen María con los brazos extendidos, las palmas de las manos abiertas y de cuyas muñecas saldrían rayos y a su alrededor figuraría la oración “Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a vos”; en el otro lado, una cruz y una M entrelazadas y dos corazones unidos, uno atravesado por una daga y el otro con una corona de espinas, representando a Jesús y a María y una orla de doce estrellas en representación de los doce apóstoles.

¿Qué sentido tiene llevar esa medalla?

Es un signo de la protección de Dios. En un mundo donde quieren dominar los que prescinden de Dios, María nos dice que los que desean vivir el Evangelio de su Hijo serán ayudados: “los que lleven la Medalla con fe recibirán grandes gracias”.
Es un signo de la presencia de María. María nos acompaña con su protección maternal. La Medalla es como un testamento porque la misma Virgen manda a Catalina acuñar una medalla de acuerdo al modelo que la propia Virgen diseñó. Es un signo de amor. En nosotros se tiene que convertir en una invitación a la fe absoluta en ese Amor: en el amor a Dios y en el amor a María. La Medalla es, también un signo religioso. Nos pide que no la convirtamos en algo mágico que falsifica nuestra unión a Dios. Debe ser un compromiso de vida que nos ayude a cumplir la Voluntad de Dios, como lo hizo María: “He aquí la esclava del Señor”.