Sor Constanza desde Argentina

Gracias por el interés que habéis puesto y la generosidad con que habéis respondido al presupuesto que os envié pues ya sé bien que para la parroquia supone un gran esfuerzo ya que también tenéis muchas necesidades y además veo que habéis reforzado con el Pozuelo lo que hace una buena suma.  

 El día 29 he llegado de la “Misión” de Santiago del Estero, es una provincia pobrísima de Argentina y hemos ido a misionar 30 jóvenes de JMV, tres Padres Paúles y yo, pues íbamos a ir 5 Hermanas pero al final he ido yo sola. Hemos misionado durante 12 días y es que aquí la mayoría de comunidades cristianas de Jóvenes o los alumnos mayores de los colegios católicos, las vacaciones las dedican a ir a Misiones a pueblos o parajes pobres. Se organiza desde la vocalía de Misiones y a petición de los párrocos de esos lugares, Se prepara durante todo el año desde todas las sedes de JMV de Argentina, Uruguay y Paraguay. He disfrutado muchísimo.

Por las mañanas visitamos las casas, bendecimos las casas y a las familias y oramos con ellos después de charlar largo rato preocupándonos de su vida y de sus problemas. Por la tarde tenemos las catequesis y juegos, Eucaristía, cena “a la canasta” (de lo que ofrecemos nosotros y lo que ellos pueden traer) y por la noche fiesta y rifas, ya que procuramos recoger muchas cosas durante el año para esta gente, que nada tiene. También vienen con nosotros los seminaristas mayores de los padres Paúles o vicentinos, según les llaman aquí. Estábamos divididos en tres comunidades, una en cada pueblo. Llamamos pueblo, pero son casas dispersas en el monte y para llegar a ellas hay más de una hora de camino. Vamos en parejas y tenemos dividido el paraje en sectores para ocuparnos cada pareja de un sector. Un objetivo fundamental es dejar en cada sector un catequista para que pueda continuar reuniendo a la comunidad, ya que el párroco tiene muchísimos pueblos y sólo va una vez al mes y en cambio, los Testigos de Jehová  frecuentan mucho la visita a las familias. Vamos por tres años a la misma “Misión”. Nunca me pude imaginar que yo pudiera caminar tanto y tener salud y energía para vivir en esas condiciones de higiene, comidas…

He vuelto feliz, aprendiendo mucho para la Misión del Porteño y con un manual del misionero buenísimo. Hemos sido 11 en mi Comunidad del paraje de Sante Rosa y la mayoría ya habían ido los dos años anteriores. Gente muy madura y pienso que es un procedimiento extraordinario para el crecimiento en su vida de fe.

 Para mí, un regalo más de los muchos que el Señor me ha concedido en este año y que nunca podré, ni sabré agradecerle. Pido por todos, seguir haciéndolo por mí. Un abrazo Sor Constanza.