Se inaugura el año de la Fe

Se inaugura el año de la Fe

En el 50 aniversario de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II y 20 años después de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, Benedicto XVI ha inaugurado el Año de la Fe, que no nace como una efeméride sino como una necesidad ante la "desertificación espiritual".

“Hacen falta personas de fe que, con su propia vida, indiquen el camino hacia la Tierra prometida y mantengan encendida la esperanza”, ha expresado el Papa durante la homilía de la misa celebrada en la Plaza de San Pedro. Benedicto XVI ha afirmado que "para que este impulso interior a la nueva evangelización permanezca no solo como un ideal, no peque de confusión, es necesario que se apoye en una base concreta y precisa y esta base son los documentos del Concilio Vaticano II”.

Simbólicamente, entre quienes han acompañado al Santo Padre había 15 ancianos obispos que hace 50 años participaron en el Concilio. Junto a ellos, 80 cardenales, 8 patriarcas de Iglesias orientales, 191 obispos dell Sínodo de la Nueva Evangelización y 104 representantes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo.

Entre ellos, estaban presentes el Arzobispo de Canterbury, Roman Williams, y el Patriarca de Constantinopla, Bartolomé I. El líder anglicano ha destacado frente a los obispos del sínodo que "el Concilio fue un signo de gran promesa, un signo de que la Iglesia era suficientemente fuerte para plantearse cuestiones difíciles en cuanto a su cultura y sus estructuras y si estas eran las adecuadas para la tarea de compartir el Evangelio con la compleja, a menudo rebelde y siempre inquieta mente del mundo moderno".

Por su parte, el representante ortodoxo ha señalado que "la puerta debe permanecer abierta a una más profunda acogida, un mayor empeño pastoral y a una interpretación eclesial del Concilio Vaticano II siempre más profunda”.

Poco antes de concluir la misa, Benedicto XVI ha entregado los mensajes del Concilio a grupos de personas, como jóvenes, trabajadores, artistas o intelectuales.